martes, 13 de enero de 2009

Cáceres-bella

Patrón de Cáceres (San Jorge)

. http://alcazaba.unex.es/~emarnun/docs/caceres/trujillcac/sjorge.htm


Existe un leyenda sobre moros y cristianos, entre un capitán cristiano y una bella dama infiel. Según ésta, en el año 1229 las tropas de Alfonso IX se afanaban por la reconquista de la ciudad de Cáceres, en poder de un kaid agareno que tenía una bella hija, enamorada de uno de los capitanes cristianos que asediaban la villa. Merced a los favores de la joven mora, el capitán cristiano logró conocer un túnel subterráneo que atravesaba las murallas de la fortificada ciudad. Lo que en varias ocasiones le sirvió como una ruta para encontrarse con su amada, en la víspera del día 23 de Abril fue utilizado por él y otros cuantos soldados como camino para franquear la fortaleza y sorprender a los defensores moros mientras otros cristianos simulaban el asalto en la puerta denominada del Socorro. Esa noche, pues, Cáceres fue recuperada para la cristiandad y dotada de fueros por el rey leonés Alfonso IX. Era la víspera del Señor San Jorge, santo que fue considerado por la cristiandad como máximo protector de sus ejércitos.


Por eso se conmemora el día 23 de Abril la festividad del patrón de Cáceres, San Jorge, cuya celebración ha ido evolucionando hasta llegar a nuestros días con la versión moderna de la quema de un dragón y la escenificación de una feroz lucha entre moros y cristianos. En realidad, según se manda en el fuero concedido a la ciudad, la celebración tendría que consistir en la quema de hogueras por parte de sus vecinos para simular los asentamientos de las tropas cristianas que habrán de tomar la ciudad así como en el lanzamiento de brevas para evocar la lucha.



. http://www.caceresjoven.com/paginas/turismo/fiestas/fiestas3.asp

Cáceres fue liberada del poder musulmán tras dos intentos, uno realizado en 1169 por Fernando II pero recobrada por los musulmanes en 1174 y otro el 23 de abril de 1229 por el Rey de León Alfonso IX.

Desde siempre por la mañana a las 12 se celebra una procesión hasta la iglesia de Santa María y misa y regreso al Ayuntamiento donde se celebra el tremolar del Pendón desde lo alto del balcón del Ayuntamiento.

Por la tarde desfile de moros y cristianos con el Dragón y San Jorge a caballo y una vez llegados a la Plaza Mayor se celebra la lucha entre ellos y destrucción del Dragón. Finalizado todo esto, fuegos artificiales y baile hasta la madrugada.

Durante el baile se celebra también el concurso de la gallina de las plumas de oro que consiste en esconder dos sobres en la ciudad antigua, conteniendo cada uno de ellos un premio de 150 euros



. http://www.elgranviajero.com/articulos_y_especiales/extremadura/caceres/4_san_jorge.php

Plaza de San Jorge (Patrón de Cáceres), donde se alza un inmenso retablo arquitectónico. Una escalera imperial que nos lleva a la hornacina donde está la imagen de este Santo, momento para que os cuente la legendaria historia de la Ciudad de Cáceres:



En 1229, San Jorge, símbolo de la cristiandad, lucho con el Dragón (símbolo de la cultura musulmana) y acabó con él, reconquistando la ciudad de Cáceres. Celebrándose la festividad de San Jorge el 23 de Abril, en que cada año, la Plaza Mayor se llena de cacereños y foráneos para ver las representaciones teatrales y musicales, cada año diferentes que nos recuerdan la leyenda, y además se celebra la quema de un dragón gigante, bailándose en celebración de su muerte, alrededor del fuego.

. http://turismo.caceres.es/recursos-culturales/galeria-virtual/san-jorge-patron-de-caceres


Situada en pleno centro histórico, en la Plaza del mismo nombre y flanqueada por el Colegio y la Iglesia de San Francisco Javier del siglo XVIII, se encuentra una hornacina con la imagen de San Jorge, Patrón de la Ciudad de Cáceres.
La escultura es de 1963, realizada en bronce; mide 1´30 m. de altura. Fue encargada por el Ayuntamiento a José Rodríguez, escultor de origen gallego con taller en Arganda del Rey. Este San Jorge ecuestre lleva una lanza en la mano derecha, combatiendo al dragón que se encuentra a los pies del caballo. Dice la leyenda que San Jorge representaba a las huestes cristianas, el dragón a las musulmanas y luchaban por la propiedad de Cáceres, la princesa en lidia.


. http://www.viajarporextremadura.com/cubic/ap/cubic.php/doc/La-Noche-de-San-Jorge-89.htm

La Noche de San Jorge

El 22 de abril, Cáceres revive la noche en la que fue recuperada de manos musulmanas. La batalla entre moros y cristianos así como la quema del dragón son los momentos más atrayentes en una noche mágica.

Cuenta la leyenda que en siglo XII cuando Cáceres se llamaba aún Alqazires y su señor era un importante musulmán, los cristianos luchaban por devolver la ciudad al poder del soberano castellano, pero eran tiempos díficiles y llevar a cabo semejante empresa era peligroso e intrincado.

El señor de la ciudad tenía una hija de gran belleza y bondad por la que era conocida en todo el territorio musulmán que ocupaban en la península. Su padre intentó desposarla con apuestos y ricos pretendientes, sin embargo ella argumentaba motivos religiosos para no contraer matrimonio. El verdadero motivo era que ya había entregado su corazón a un capitán cristiano, pero las religiones que ambos profesaban les oligaban a mantener su amor en secreto.

A medida que pasaba el tiempo la lucha se transformaba cruenta y feroz hasta el punto de separar a los amantes fisícamente. La belleza de Alqazires se tornó triste y sus habitantes sólo pensaban en la guerra. Mientras, la bella joven recibió una llamada del capitán cristiano para encontrarse, sin embargo, este encuentro significaba la traición a su padre y a la ciudad entera.

Cuando los cristianos tomaron Cáceres, la ciudad fue arrasada por completo. En aquel momento el señor musulmán descubrió que su propia hija le había traicionado hasta el punto de traicionar también a su pueblo. Cuando la hija acudió a rendir cuentas a su padre y le confesó que le había entregado las llaves de la ciudad al capitán cristiano conmocionó tanto al padre que éste le prometió el castigo más cruel.

El final de la muchacha es aún un secreto. Según cuenta la leyenda el padre conocía los secretos de la brujería, de los que hizo uso para convertirla en gallina y pagar así por su acción. Otros afirman que la muchacha fue atada a las columnas del aljibe para que muriera ahogada.

La festividad de San Jorge, patrón de Cáceres, evolucionó hasta la actualidad. La noche del 22 de abril se escenifica en la Plaza Mayor la lucha entre moros y cristianos y la quema del dragón que simboliza el fuego que arrasó la ciudad la noche del asalto cristiano. Además, en recuerdo de la joven transformada en gallina se esconden dos huevos de oro en la ciudad monumental, ambos dotados con premios para quien los encuentre.

El festejo se completa con una procesión cívica la mañana del día 23 de abril,en la que se porta el pendón de San Jorge, una de las banderas militares más antiguas y mejor conservadas de la península, la procesión inicia un recorrido que va desde el ayuntamiento hasta la concatedral de Santa María.


Patrimonio histórico de Cáceres


.http://www.caceresjoven.com/paginas/turismo/monumentos/monumentos.asp


Cáceres Patrimonio de la Humanidad:

Cáceres fue nombrada el 26 de noviembre de 1986 “Ciudad Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. El conjunto monumental que alberga fue argumento indiscutible para respaldar este nombramiento. Sus murallas almohades y edificaciones de incalculable valor histórico y arquitectónico hacen de esta villa un retrato de los siglos XIV al XVI como dejan patente sus Casas Fuertes, Palacios y edificios religiosos.

Cáceres es además el “Tercer Conjunto Monumental de Europa” otorgado por el Consejo de Europa, gracias a su magnífico estado de conservación.

Cáceres tiene el reconocimiento de la Federación Internacional de Periodistas y Escritores de Turismo, que le concedió el galardón Pomme D’Or al mérito turístico.

También está integrada a su vez en redes turísticas como las de “Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España”, “Juderías” y “Ruta de la Plata”.



. http://www.publispain.com/viajes/caceres/monumentos.htm


Arco del Cristo

Se trata de una puerta Romana ubicada en el centro de la Muralla, de una increíble conservación , ya que fue construida en el siglo primero, su fachada luce un maravilloso cuadro con la imagen de Cristo, que fue instalado en el siglo XIX. Este arco recibe también el nombre de "Puerta del Río"



Casa de la Generala

Originada en el siglo XV, siendo retocada en siglos posteriores, se trata de una casa/fortaleza con grandes detalles arquitectónicos, en los cuales predomina la influencia de periodo gótico. Dª Josefa de Ovando fue propietaria de este lugar durante el siglo XVIII, quien era esposa del General Antonio Vicente de Arce, de ahí es que proviene el nombre de la casa: "la generala".

Iglesia de Santiago

Proveniente del siglo XII, se trata de una iglesia de un marcado estilo Románico, con influencia del gótico, Fue remodelada por primera vez, por Rodrigo Gil de Antañón en el año1549, agregando una sacristía y una bóveda estrellada que cubría la capilla mayor.


. http://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Monumentos_de_C%C3%A1ceres


Arco de la estrella


El Arco de la Estrella es la principal puerta de entrada al recinto desde el , siendo la más conocida de la ciudad medieval de Cáceres.

Situada al lado de la torre de Bujaco, se abrió en el siglo XV en el mismo punto donde había una portezuela para permitir el paso de los carruajes desde la Plaza Mayor, por entonces la muralla había perdido gran parte de su naturaleza defensiva. Entonces se llamó, por motivos obvios, puerta Nueva. Ante ella juraron los fueros y privilegios de la ciudad, otorgados siglos antes por Alfonso IX, los Reyes Católicos, Isabel el 30 de junio de 1477 y Fernando el 27 de febrero de 1479.

La forma actual de la puerta se debe a la remodelación realizada por Manuel de Lara Churriguera en 1726, por encargo de Bernardino de Carvajal Moctezuma. Éste poseía el palacio siguiente a la torre de Bujaco y deseaba poder tener un fácil acceso de los carruajes a su palacio. Por ello solicitó al ayuntamiento derribar la antigua puerta y abrir una nueva con forma oblicua para poder girar holgadamente a la izquierda al entrar desde el exterior.

En la parte externa, el arco está coronado por el escudo de Cáceres, mientras que en la interna se encuentra un templete con una imagen de Nuestra Señora de la Estrella, que da nombre al arco. La imagen está iluminada por un pequeño farol en forma de estrella y, debajo de la misma, hay un escudo en piedra de la familia Carvajal.



. http://www.marevalo.net/caceres/hitos.html



Iglesia se Santa María Concatedral de Cáceres



Tiene rango de concatedral al compartir sede episcopal con la ciudad de Coria. Es una iglesia gótica, de tres naves. Lampérez la considera del gótico decadente extremeño y Floriano como obra gótica armada con evidentes restos románicos de una fábrica anterior, llegando éste a afirmar que ya estaba en pie la iglesia en el siglo XIII. En el XIV, Marta Martínez de Orellana, que en la iglesia se entierra, dejó dineros para construir la cabecera poligonal. La capilla de San Miguel es del siglo XVI. La de los Blázquez o del Cristo de Santa María, del XV. El coro, del XVI. La torre la labraron en 1554, siendo dirigida por Pedro de Ibarra. En el interior del templo existen enterramientos de Hernán Pérez Golfín, Becerra, Ulloa, Carvajal, Durán, Espadero, Gómez Solís, Godoy, García de Mayoralgo -el de éste y su mujer, Marta Martínez de Orellana, son góticos y de alabastro-, del doctor Rivera -de 1538, del escultor Etor Hernández-. El púlpito de hierro forjado perteneció al convento de Jesús.

En 1547 se contrató con Guillén Ferrán y Roque Balduque, ambos de Sevilla, la realización del retablo mayor, plateresco, de vino de Flandes y cedro. La temática del retablo gira en torno a la vida de la Virgen María. Considerado una de las obras cumbres de la escultura renacentista en Extremadura, ambos tallistas invirtieron tres años y medio en su ejecución.

En su bonita sacristía de portada plateresca se encuentra el Museo Catedralicio, pequeño, recogido, pero exhibiendo piezas de indiscutible valor por su belleza y buena disposición.

Las nervaciones que dividen la plementería de este templo presenta en sus claves y entrecruzamientos todo un catálogo de escudos y símbolos heráldicos de los principales linajes cacereños: Orellana, Espadero, Becerra, Ovando, Golfín, Ulloa, Aldana, Figueroa, Carvajal y Mayoralgo, que se repiten en laudas y enterramientos.



Palacio de los Golfines de arriba

A mediados del siglo XV se escinde una rama de los Golfines y se instalan en la parte alta de la ciudad construyendo un verdadero alcázar fortificado, conociéndose el linaje y el palacio con el nombre de los Golfines de Arriba. Acomete la iniciativa el matrimonio formado por D. García Golfín e Isabel de la Cerda que durante la segunda mitad del siglo XV levantan el palacio, de forma cuadrangular con sendas torres en las esquinas, de las cuales todavía se conservan tres, aunque desmochadas. Desde comienzos del siglo XVI se hacen ampliaciones construyendo nuevas dependencias y sobre todo, en tiempos de otro García Golfín, nieto del primero, se promueve la construcción de una gran torre de Homenaje en el centro del palacio, contratada con el cantero Andrés Alonso en 1513, con la que, como ocurre en otros casos, sobre todo se pretende hacer manifestación simbólica de poder y de ostentación, tanto de dinero como de fama. En este caso contó con la oposición de algunos vecinos que denunciaron la obra alegando la prohibición de los Reyes Católicos de 1476, por lo que las obras se paralizan provisionalmente hasta 1516 que se resuelve a favor del promotor de la torre con la condición de no abrir huecos frente a la casa del demandante.

La parte baja de esta torre tiene una cámara bastante cerrada y en piso principal una capilla con bóveda de crucería sencilla donde destacan las armas de García Golfín y de su esposa Mencia de Ulloa. Desde ese nivel hasta la terraza la torre es enteramente hueca y sólo está ocupada por los distintos tramos de escalera que suben hasta la terraza. Su interior es un auténtico museo de bellas antigüedades y viejos recuerdos. En las caballerizas y patio posterior se ha instalado un elegante restaurante.



Palacio de los Golfines de abajo

La casa principal de este linaje ocupa un lugar próximo a la iglesia de Santa María, y en ella se puede ver la fusión de los conceptos de palacio y al mismo tiempo de fortaleza, todavía más inclinado a su vertiente defensiva en el siglo XV, cuando tenía muros almenados y piezas de artillería. Durante el primer tercio del siglo XVI su titular entonces, Sancho de Paredes Golfín, que había sido Ayudante de Cámara de Isabel la Católica, acomete importantes reformas dentro de la estética renacentista de su tiempo, y aunque se mantuvieron las dos torres medievales que todavía pueden verse, la mas alejada de la esquina fue decorada con motivos heráldicos, medallones y cartelas alusivas al rango de sus moradores, rematándose toda la fachada con una crestería de grifos y guirnaldas de carácter humanístico y gusto plateresco.

Esta hermosa fachada, está considerada como la más bella del conjunto de Cáceres. Su delicada crestería plateresca, que remata y decora su fachada y la torre de la izquierda, así como la esbeltez compositiva de esta casa-fortaleza forman un elegante conjunto. Fue residencia de los Reyes Católicos en las frecuentes ocasiones en que vinieron a Cáceres, por lo que se incluye su escudo real entre los que se labraron en su portada. En una elegante cartela recercada en la parte alta de la fachada dice: "Esta es la casa de los Golfines", y en el interior, en otra, se escribe: "Aquí esperarán los Golfines el día del Juicio".



Palacio de las veletas

Este edificio, sede del Museo Arqueológico Provincial, es obra del siglo XVIII. Destaca la graciosa balaustrada con columnas, pináculos y gárgolas de cerámica esmaltada en tonos verdes y azulados. Además del citado museo, la Casa de las Veletas exhibe en su planta superior un extenso y completo Museo Etnográfico con piezas originales de la vida popular y tradicional extremeña.

Además de albergar una importante colección de piezas históricas, cuenta con un aljibe árabe del siglo XII, único superviviente de la primitiva construcción sobre la que se alza esta casa, y uno de los de mayores proporciones que se conservan en el país. Cuenta con cinco naves excavadas en la roca y cubiertas por bóvedas de medio cañón sostenidas por arcos de herradura. Este aljibe ha sido tradicionalmente utilizado por los vecinos de la villa para proveerse de agua y todavía recoge el agua de lluvia.

El patio interior, es renacentista y tiene arcos de medio punto sobre columnas toscanas. Unos jardines comunican la Casa de las Veletas con la instalaciones anejas de la Casa de los Caballos, en la que se exhiben al aire libre distintas piezas prehistóricas, como el berraco, y de otras épocas. La mayoría de las piezas exhibidas en las vitrinas y salas del museo proceden de las excavaciones realizadas por Adolf Schulten en el yacimiento romano de Cáceres el Viejo, cerca de la ciudad. Este museo es el más visitado de todos los que integran la Red de Museos de Extremadura. Más de cien mil personas pasan anualmente por sus salas para disfrutar de cerca de los tesoros que custodia, y conocer, así, un poco más y mejor nuestra historia antigua.



. http://www.castillosnet.org/programs/castillosnet.php?tip=inf&dat=caceres/CC-CAS-026



Torre de Bujaco

La torre de Bujaco se encuentra en la primera línea del alcázar de Cáceres, en la parte occidental de la Plaza Mayor.

Esta torre fue construida durante la época almohade, en el siglo XII, aprovechando una fortificación romana. Su historia está ligada a la de la ciudad cacereña. Cuenta la leyenda que el caudillo almohade Abu Yacub Yusub, de quien deriva el nombre de Bujaco, asedió en esta torre, durante seis meses, a los últimos residentes de los Fratres de Cáceres que defendían el baluarte allá por el año 1173, y degollaron a cuantos la defendían, entre ellos a 40 caballeros de la Orden. Los Fratres, mitad monjes, mitad soldados, fueron el germen de la Orden de Santiago, fundada posteriormente.

Está construida sobre sillares romanas con una altura de 25 metros, y su planta es casi cuadrada ya que las medidas de la misma es 10,83 por 10,25 metros. Entre los elementos ornamentales que el turista puede observar, cabe destacar en su parte superior los dos matacanes laterales y uno frontal de 2,85 metros rematados por almenas piramidales y sostenidos cada uno de ellos por cinco mensulones, y en el frontal un balconcillo renacentista que fue añadido en el siglo XVI y es conocido como el balcón de los fueros.
El aspecto actual de la torre viene determinado por las reformas de época cristiana acometidas durante los siglos XIV ó XV, fechas en la que se aprovecha el núcleo de la primitiva torre albarrana almohade y se forra con mampostería, reforzándose con saeteras y rematándose con matacanes y almenas de clara tipología occidental cristiana. El balcón que da frente a la plaza es un añadido renacentista, de mediados del siglo XVI, mientras que la rehabilitación acometida recientemente en la en la cámara de la parte superior es una intervención historicista que recrea tipos islámicos no existentes con anterioridad en la torre, ni en Cáceres, y por lo tanto caprichosos.

Hasta mediados de siglo tenía en la cima un arco con una estatua de la diosa Ceres, debido al peso se decidió eliminarlos, la estatua se trasladó primero al foro de los balbos, pero allí fue sustituida luego por una réplica. La Capilla de la Paz es obra del 1756.

Ha estado varias veces amenazada de demolición, pues pretendían utilizar sus piedras para otras construcciones, pero afortunadamente se salvó y hoy es una de las imágenes más representativas de la ciudad de Cáceres.

Gastronomía cacereña:



. http://www.grgastronomia.com/caceres.php



La abundancia de la caza en Cáceres ha caracterizado siempre su cocina. En algún momento fue una carne de subsistencia y luego de auténtico lujo, merced a cuidadas preparaciones culinarias que culminan en la perdiz a la moda de Alcántara, adoptada por la cocina francesa de palacio.

Además de la perdiz, otras aves, caza de pelo, mayor y menor, hacen a esta provincia una delicia para los aficionados cinegéticos.

La Vera es una excelente huerta en la que se producen tomates sabrosos y pimientos. De los pimientos se obtiene un excelente condimento: el pimentón, que es un ingrediente fundamental de casi toda la chacinería española.

El pescado también está presente en los fogones cacereños. En esta provincia existen numerosas formas de preparar el bacalao, pero también se puede optar por el pescado de río: las truchas del Jerte, o las tencas. Las tencas fritas son clásicas en la cocina cacereña. En cualquier caso, también hay recetas originalísimas de la gastronomía extremeña que tienen su origen en los tiempos en los que anguilas y lampreas remontaban los ríos, y que hoy se siguen usando con otros pescados.

Son excelentes las chacinas y los salazones del cerdo ibérico. Algunos productos que pueden saborearse son el salchichón, el chorizo blanco, la morcilla fresca... pero por encima de todo el jamón, el jamón de pata negra de Montánchez y Piornal. Un auténtico placer para los sentidos. Un placer que se hace aún mayor si estos productos se consumen acompañados de vinos de Pitarra; caldos cacereños que todavía se elaboran de forma tradicional.

De todos los quesos españoles, el más original, el que tiene más personalidad, el que se ha convertido en un símbolo de calidad, es la Torta del Casar, que se hace con la leche de oveja y que, en un proceso de fermentación especial, produce una auténtica exquisitez, suave, sabrosa, y con tal sabor y aromas, que nunca se puede olvidar.

Dentro del capítulo dedicado a los dulces, en Cáceres podemos encontrarnos con una gran variedad de los mismos. Desde dulces de cuchara como los huevecillos, hasta productos de repostería clásica. Bizcochos, perrunillas, repápalos, bollos de chicharrones o monuméntelas de Alcántara son algunas de las exquisiteces, destinadas a hacer las delicias de los más golosos.



. http://www.topciudad.com/caceres/restaurantes



La gastronomía cacereña se distingue por su especial relación con los productos derivados del cerdo y el cordero, con los que se elaboran preparados como el frite, el pestorejo o el picadillo.

Los embutidos, además, gozan de un gran prestigio, especialmente el jamón de pata negra de Montánchez y Piornal, procedentes de cerdos criados con bellotas.

Los platos de caza también son un componente importante de la gastronomía extremeña. Uno de los más apreciados es la perdiz al modo de Alcántara y el venado preparado en diversos guisos.

Las migas es un plato pastoril que se toma como desayuno o como almuerzo; se hacen con pan duro minuciosamente picado, acompañado de torreznos, pimientos y ajos fritos.

Aunque el pescado tiene una presencia menor, se cocinan magníficos guisos compuesto de bacalao, tencas fritas o escabechadas y truchas del Jerte o Pinofranqueado.

Entre los quesos destacan los denominados Torta del Casar y en repostería los bollos de chicharrones, las perrunillas, los repápalos de Torrejoncillo y las monumentelas de Alcántara.

En cuanto al vino, se consume el de la tierra, de pitarra, elaborado artesanalmente.



. http://www.camaracaceres.es/caceres/capital/cocina/texto.html

La gastronomía tradicional extremeña es fundamentalmente una cocina sencilla, de carácter rural, practicada durante siglos por pastores y campesinos. Junto a los importantes guisos de carne de cordero o a los sabrosos embutidos y preparados de cerdo, ocupa un lugar destacado los platos elaborados con el menudo y las vísceras de estos y de otros animales, además del pan, que es ingrediente principal de sopas o migas. Asímismo, resaltan productos tan naturales y espontáneos como los espárragos trigueros, las criadillas de la tierra, las tencas, las ranas etc. También se practica una elaborada cocina, implantada en algunos de los monasterios extremeños, donde a la calidad y variedad de sus manjares se une el refinamiento de las recetas. Esta cocina enriquece el panorama gastronómico extremeño, aunque en absoluto lo define, pues la extremeña es fundamentalmente una cocina pastoril.

Las sopas se elaboran esencialmente a base de pan, añadiendo otros alimentos que le dan sabor y nombre propio: sopa de tomate engañadas con higos, sopa de ajo con jamón, ajo y huevo, llamada sopicaldo en algunas de sus versiones; sopas canas o la sopa de cachuela, con grasa e hígado de cerdo.

Comidas comunes de muchos hogares extremeños han sido, y siguen siendo, el cocido y los guisos de puchero, las patatas guisadas de mil maneras, con bacalao o costillas de cerdo entre otras, las tortillas y revueltos de espárragos trigueros o las criadillas de la tierra.

Se han definido como plato pastoril las migas que se tomaban como desayuno, y con las que se aprovechaba el pan duro sobrante de días anteriores, minuciosamente picado, acompañado con torreznos, pimientos y ajos fritos, calándose las últimas cucharadas con leche. El gazpacho, en infinidad de variedades, es un plato de lo más refrescante, constituído fundamentalmente por tomate, pimiento, aceite, vinagre y sal, logicamente gran cantidad de agua y grandes trozos de pan duro. Se diferencia el gazpacho cacereño del andaluz en que el tomate se añade en trozos pequeños, así como la cebolla -que no suele llevar el andaluz-. La presencia del pimiento y del tomate produce su característico color rojo, aunque también se prepara el gazpacho blanco o ajoblanco, elaborado con un majado de miga de pan, huevo cocido, ajo, vinagre, aceite y sal, al que se le añade a veces algo de poleo.

Las carnes tienen su mejor presentación en el cordero y, sobre todo, en el cerdo. Con el cordero se elabora uno de los platos más representativos de la cocina extremeña: el frite, trozos fritos de cordero que luego se cuecen con patatas y pimentón, aderezado finalmente con un majado de hígado de cordero, ajos y pimientos, todo bien espeso. Pero es del cerdo, siempre tan aprovechable, de donde se obtienen infinidad de preparados: pestorejo, picadillo, prueba, moraga, rabos, manitas y orejas de cerdo, rebozados, en salsa o con tomate, modalidades todas estas aún vigentes en muchos lugares y establecimientos. Especial consideración tienen los embutidos elaborados con tradicionales recetas caseras, que después de la matanza y de la correspondiente cura invernal pasa a englosar el aprovechamiento de la despensa para todo el año. Así, el chorizo, el lomo, el salchichón, el chorizo blanco -de extraordinaria calidad-, la morcilla fresca -elaborada con la sangre del cerdo y cebolla-, o la patatera, que pese a la sustitución de gran parte de la carne por patata cocida, a la que se añaden variables dosis de pimentón dulce o picante, consigue un sabor muy apreciable y además prácticamente no requiere tiempo alguno de curación. Pero, desde luego, la pieza más apreciable del cerdo es el jamón, de extraordinaria calidad; los llamados jamones de pata negra. Son jamones de cerdo ibérico, criados con bellotas en el campo, entre los que destacan los curados en Montánchez y Piornal.

El pescado tiene menor presencia en la cocina extremeña, aunque se conocen algunos guisos con bacalao. Todavía se siguen preparando sabrosísimos platos con tencas fritas o escabechadas, o con truchas del Jerte o de Pinofranqueado. Muy apreciado es mojo de peces, y de forma destacada el llamado mojo de tencas de Brozas.

Capítulo especial merecen las ranas rebozadas o guisadas con tomate -de carne extraordinariamente fina y blanca-. En cualquiera de sus modalidades merecen probarse las ancas de rana. Parecido sabor posee el lagarto, guisado en salsa verde o también rebozado, aunque ya es muy difícil encontrar un lugar donde se prepare. De los quesos, los más afanados son las llanadas tortas del Casar, aunque también hay otros buenos quesos artesanos de oveja y de cabra, así como el queso fresco de vaca.

Son tradicionales los postres caseros, peculiares de cada población, desde los postres de cuchara como los huevecillos, hasta los dulces y repostería: bollos de chicharrones, perrunillas, bizcochos, los repápalos de Torrejoncillo o las monumentelas de Alcántara, los suculentos hornazos de Trujillo, con chorizo y huevo cocido en su interior.

En la alta Extremadura son importantes los vinos de pitarra, elaborados artesanalmente en pequeñas cantidades, para poco más que las necesidades familiares. Entre ellos considere el viajero los vinos blancos de la Sierra de Gata, sobre todo los de Acebo, Descargamaría y Gata: los turbios de Cañamero, y los buenos caldos de Montánchez y Miajadas. En la Baja Extremadura se consiguen vinos muy competitivos y de calidad en la Tierra de Barros, fundamentalmente en Almendralejo, con excelentes productos en el Raposo y Matanegra, así como los de Puebla de Sancho Pérez. En la comarca de la Serena destacan los vinos locales de Don Benito, Castuera y Medellín, con mucho cuerpo y elevada graduación.

Junto a esta cocina extremeña se mantienen recetas de gran exquisitez y refinamiento que, aunque los estudiosos al uso no suelen aceptar como ejemplo de la gastronomía local, parece que proceden de una cocina refinada de corte palaciego, casi cortesano, nacida en el triángulo que formaban loa monasterios de Alcántara, Guadalupe y Yuste. En éste, pasó los últimos años de su vida el Emperador Carlos V, que Pedro Antonio de Alarcón calificara como "el más comilón de los Emperadores habidos y por haber". La importancia de estos monasterios y la continuidad en la vitalidad de los primeros parece que permitió el surguimiento en ellos de una alta cocina, que aunaba la elevada calidad de las materias primas y lo sofisticado de las recetas. Hay que subrayar el reducido ámbito de esta cualificada cocina, muy lejos de lo que se preparaba en los fogones de los hogares extremeños, pero no por ello puede dejarse de considerar como cocina autóctona, ya que algunas de sus recetas se realizan incluso fuera de España, pues la invasión francesa del siglo XIX introdujo estos recetarios en el ámbito continental europeo.

De la exquisitez y refinamiento de esta cocina dan prueba diversos platos todavía en uso: perdiz al modo de Alcántara, carnero verde, faisán trufado, etc, todos ellos proceden del Convento de San Benito, en Alcántara. No estaba a la zaga el Monasterio de Guadalupe, incluso por exigencias del rango y nobleza de sus asiduos visitantes regios. La variedad, calidad y amplitud de sus recetarios se manifiestan en la carta de algunas comidas servidas en el Monasterio con motivo de la celebración de distintos acontecimientos. En el Archivo de Simancas se conserva un documento que contiene el menú de la comida ofrecida por Felipe II en 1580 a los enviados de Portugal: de entrada se sirvió queso, aceitunas y ensalada; como platos fuertes figuraban pasteles de pescado, pollas mechadas, cabrito, ternera, carbonados de carnero mechado, pasteles ingleses, perniles de tocino cocido en vino, conejo y empanadas diversas, entre los postres se sirvieron orejones, naranjas dulces, camuesas, uvas, confites, el llamado manjar blanco, suplicaciones, tabletas, frutas de pastas y miel, y para beber vinos claretes y blancos, más agua de canela, limón, clavo, regaliz, anís y mixtas.

Este mismo menú ha sido confecionado en otras ocasiones con posterioridad en el Monasterio, alguna vez en fecha reciente, con motivo de la celebración de diversos actos.

A lo largo de toda la geografía provincial se encuentran numerosos establecimientos: restaurantes y mesones, donde aún es posible degustar la cocina tradicional extremeña, generalmente conservada por la tradición familiar, pues ha permanecido vigente como recurso cotidiano en numerosos hogares hasta hace bien poco, cuando la comida casera se sustituye por platos rápidos y precocinados. Pero si en el ambiente familiar de muchas poblaciones se asiste a la pérdida de estas viejas recetas y costumbres culinarias, no ocurre así con la atención prestada por un número creciente de restaurantes preocupados seriamente por la gastronomía local, lo que permite asistir a una continua búsqueda y recuperación de recetas y platos tradicionales que, afortunadamente, todavía puede degustar el viajero en algunos establecimientos de Cáceres y su provincia.



. http://www.regiondigital.com/modulos/mod_periodico/pub/mostrar_noticia.php?id=88847



La cocina cacereña ha encandilado este martes 18 de noviembre a los más de 150 comensales que se han dado cita en el XIX Festival Gastronómico de Cáceres, organizado por la Diputación cacereña y la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura en el incomparable paraje del Hotel Alfonso XIII de Sevilla.

Y es que la capital hispalense se ha vestido de Extremadura como ya sucedió en anteriores ediciones del festival en lugares como Madrid, Lisboa, Barcelona o San Sebastián.

Así, con el objetivo de promocionar el patrimonio culinario de la provincia, a la vez que fomentar el turismo, la velada se ha transforamdo en un continuo devenir de sabores, colores y texturas que han logrado el resultado que sus cerca de 30 cocineros pretendían, sorprender e impresionar a los asistentes.

Entre estos se encontraban miembros de las diputaciones de Cáceres y Sevilla, así como medios de comunicación, agencias de viajes, touroperadores y representantes de las Casas Regionales de Extremadura en Andalucía. Y a pesar de los diferentes orígenes, el disfrute del evento ha sido unánime.

Para la ocasión, los 12 restaurantes encargados de representar la exquisitez de la provincia han elaborado un total de 36 platos repartidos entre primeros, segundos y postres, que han hecho las delicias de los comensales con su combinación de productos típicos de la región.

En este sentido, no han faltado las carnes de ternera y cordero o el queso torta y, cómo no, el jamón, la cereza, la miel y las setas han tenido presencia entre otros muchos y variados alimentos y condimentos.

Para comenzar, y antes de la esperada cena, ha tenido lugar un turno de intervenciones en el que cada uno de los ponentes ha alabado la labor de los cocineros y la exquisitez de los productos.

En este sentido, ha comenzado la serie de discursos el Presidente de la Diputación sevillana, Fernando Rodríguez Villalobos, quien ha resaltado la cercanía entre ambas provincias afirmando que la diferencia entre Cáceres y Sevilla solo esconde "un matiz, un salto de color del verde al negro en la bandera".

Así, ha explicado que ambas tienen "el mismo alma" y son "referentes como destino de turismo interior por su calidad y variedad en la restauración", lo que hace que su cocina se convierta en "uno de sus principales atractivos".

Además, Rodríguez Villalobos ha dejado clara la intención de la diputación a la que pertenece de "potenciar el flujo de turistas" entre las dos provincias, que se encuentran ahora "más cerca si cabe, por la culminación de la autovía de la plata".

Por su parte, el Presidente de la Diputación de Cáceres, Juan Andrés Tovar ha afirmado que este contacto va a "enriquecer a las dos provincias" y ha destacado que "en Andalucía, como en Extremadura, la materia prima es de primera calidad ".

Asimismo, ha explicado que esta cita tiene como objetivo dar a conocer "nuestros platos" y a la vez "nuestra historia", puesto que la "gastronomía es una suma de historia, cultura y paisaje". En este sentido ha repetido las palabras del renombrado cocinero Arzak sobre la evolución de la cocina extremeña que debe hacerse siempre "pensando en extremeño" y, ha añadido, "así hemos venido a Sevilla".

También ha dedicado unas palabras al auditorio el Presidente de la Federación de Casas de Extremadura en Andalucía, José Antonio Rico, que ha declarado sentirse "lleno de orgullo" por estar allí, ya que los "hermanos sevillanos" han abierto "las puertas de su corazón" a todos los extremeños que se han afincado en la provincia andaluza.

Igualmente ha tomado la palabra el vicepresidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura, Magín Carbonero, afirmando que Extremadura posee un "paraíso gastronómico" por lo que "no existen excusas para dejar de conocernos". Por ello, Carbonero, en voz de todos los profesionales culinarios, ha invitado a los asistentes a "buscar un hueco para disfrutar de lo mejor de Extremadura".

Y de esta manera, y después de un intercambio de regalos entre los anfitriones y los cacereños, ha comenzado una velada de arte para el paladar que se se ha convertido en un paraíso para los sentidos de cuantos han acudido a la XIX edición del Festival Gastronómico de Cáceres.

El magnífico bufé se ha compuesto por delicias de la talla de Lasaña de perdiz roja con verduritas de otoño, tomate confitado y bechamel de Torta del Casar, o Milhoja de pimientos dulces, anchoas marinadas y confitura de tomate. Y así, cada una de las variedades de la carta que proponía un sinfín de opciones y una muy difícil elección.

Asimismo, han causado sensación platos como el taco de presa ibérica y ravioli de piña relleno de queso con reducción de soja y limas de Cañaveral o la Crema de Boletus Edulis con virutas de jamón ibérico Dehesa de Extremadura y picatostes.

Entre los postres, se encontraban deliciosas mezclas de sabores ultimados con una excelente presentación. Como no podía ser de otra manera, los alimentos extremeños han dado lugar a exquisiteces como bizcochito ligero de chocolate bañado con almíbar de kirch con coulis de Cereza del Jerte o Torrijas con crocant de almendra y canela, helado de Torta del Casar y confitura de tomate.

Así, se mezclaban postres como la tarta de queso y chocolate, con un capricho verato de crema y frambuesas, leche de flor de azahar frita con sopa de cacao, gelatina de amaretto y teja de almendras o leche frita de rebozuelo y helado de Amanita Cesárea.

Y es que sería imposible hablar de cada uno de los platos que completaban la sorprendente carta de un menú que ha obtenido la mejor puntuación que podía conseguir, la sonrisa y el disfrute del más del centenar y medio de auditorio que se ha dado cita en Sevilla.



. http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1ceres



La gastronomía cacereña es rica y variada, con notables influencias de las culturas de la que es heredera, como la árabe y la judía, además de la vida pastoril y ganadera, sobre todo en la más casera. Igualmente, la cocina de Conventos y Monasterios como los de San Benito de Alcántara, Yuste o Guadalupe ha dejado un completo recetario, platos de caza y refinados postres.

Algunos de los protagonistas de los platos son ingredientes con Denominación de Origen de Extremadura, tales como el cerdo ibérico, la ternera, el cordero, el aceite, el pimentón, el vino, los quesos y tortas, la cereza y la miel. En Cáceres hay numerosos restaurantes altamente cualificados con una oferta variada, donde las recetas tradicionales como los ya descritos conviven con la cocina más novedosa y moderna.

Entre los muchos platos típicos de la gastronomía cacereña se cuentan los siguientes:

  • Chanfaina

  • Gazpacho cacereño

  • Migas extremeñas

  • Patatas en escabeche con tencas

  • Caldereta extremeña

  • Dulces conventuales artesanales

  • Técula mécula

  • Torta del Casar

  • Escabechera navideña

  • Productos de la matanza

En Extremadura, definida por diversos autores como "La California Española", se elaboran excelentes caldos, algunos de los cuales nacen en tierras cacereñas (Cañamero y Montánchez).

















viernes, 9 de enero de 2009

Hello, world